
Los avances meteorológicos no nos eran muy propicios, ninguno nos daba un 100% de garantía, pero a las 5 de la tarde del 13 de abril de 2025 el cielo se abría, regándonos con sus rayos de sol, al mismo tiempo que se abría la puerta de nuestra Hermandad.
A las 5 de la tarde, D. Carlos Rodríguez Álvarez, “Carlitos” para los hermanos de la Cena, daba sus tres toques en la puerta solicitando la venia y el cielo se abría, la Hermandad se abría.
A las 5 de la tarde, el cielo se abría y la Hermandad iniciaba su marcha penitencial entre el fervor de los allí congregados deseosos de ver un año más a su Hermandad.
A las 5 de la tarde, Jesús del Amor, rodeado de sus Apóstoles, asomaba por el dintel de la casa- hermandad, magníficamente llevado por sus costaleros y dirigido con la maestría que solo Juan tiene.
A las 5 de la tarde, el cielo se abría y asomaba la Madre de todos, la Reina del Domingo de Ramos Emeritense. Niños, jóvenes, mayores y más mayores enfervorizados por ver a la Patrocinio, algunas lágrimas se dejaban caer porque La Patrocinio asomaba para repartir paz y sosiego.
A las 5 de la tarde, comenzaba el recital del “saber llevar a la Madre” de las 35 costaleras, con José Antonio siendo sus ojos y ya con sus ojos llorosos.
A la maestría de Juan y de José Antonio se le une la infatigable ayuda de Tania, Pablo y Andrés, sin ellos la “Sacramental” no tendría ese discurrir admirable y admirado.
A las 5 de la tarde, el cielo se abría, la Hermandad salía y empezaba su estación de penitencia, una estación de penitencia que tendría que esperar algo más de 5 horas hasta llegar a su parroquia, a San José, donde Dios le estaba esperando.
Pero antes de que llegue ese momento, la Hermandad debía discurrir por las calles de Mérida, regando de Amor y Patrocinio a las miles y miles de personas que aguardaban el paso de la Sacramental.
Llegando a la puerta de la ciudad, la Puerta de la Villa, puntual como solo los británicos y la Sacramental saben hacer y como solo los costaleros y costaleras del Amor y Patrocinio saben bajar.
El discurrir por el boulevar de Félix Valverde Lillo, la banda de CCTT del Resucitado de Badajoz y la banda de música de Talavera la Real llevan en volandas al Amor y Patrocino, se oyen aplausos, se percibe recogimiento y se vislumbra alguna lágrima una vez más.
El paso por la carrera oficial, la carrera no oficial para la Sacramental porque Dios quiere acompañarnos todo el recorrido y esperarnos en San José, pues que así sea.
Más música para Amor y Patrocinio, bella estampa el discurrir por el Templo de Diana con la música de la JOCME
Y comienza el caminar hacia casa, si duro fue el recorrido de ida hasta la carrera no-oficial, más duro es el camino de vuelta, pero se sacan las fuerzas de cualquier parte pues la Sacramental va llena de Amor y Patrocinio,
Nos aproximamos al momento más emotivo, nos aproximamos a realizar la estación de penitencia, nos aproximamos a San José, nos aproximamos a nuestra casa.
Allí aguarda D. Rafael Navarrete, consiliario, consiliario donde lo haya!!, para recibir a la Sacramental.
Llega el momento de la oración, Don Rafael y tres hermanos nazarenos piden a Dios por todos los hermanos de la Sacramental.
El paso cada vez más lento, Amor y Patrocinio no quieren entrar, es el momento de la despedida de la ciudad, de los devotos, de los amigos que han querido acompañar a la Sacramental en su regreso, aunque todos los presentes saben que pronto llegarán las 5 de la tarde.
A las 5 de la tarde, dentro de 350 días, las calles volverán a regarse de Amor y Patrocinio.
Mi particular agradecimiento a la junta de gobierno de la Hermandad por su infatigable trabajo, asesorada por el Consiliario, Don Rafael, y encabezada por el Hermano Mayor, Rafael y seguido por Gaspar, Ángel, Pablo, Juan, José Antonio, Tania, Alfonso, Abel, Moni, Fátima, Rosario, Cristina, Pedro, Javier, Isabel y David.
Con este grupo de personas la Sacramental seguirá regando de Amor y Patrocinio las calles de nuestra ciudad.
Julio Flores Hernández